III Encuentro de aficionados al Sumo
Sevilla, 20 de marzo de 2004
Bueno, pues por fin me animo y os cuento a los que no estuvisteis la magnífica experiencia de la reunión de los sumoadictos españoles en Sevilla. Sobre todo para poner los dientes largos a los que no fueron y animarles a que vayan a la siguiente… que puede que sea un poco lejos. 🙂
Bueno, mi mujer Beatriz y yo nos fuimos en avión hasta Sevilla el día 18. Nada más bajar en el aeropuerto me di cuenta de que tenía que cambiar el chip, ya que la cazadora que llevaba a la salida de León empezaba a pesarme como una losa. Y es que podía haber una diferencia de unos 10 grados entre una ciudad y otra. Tras la consabida visita al hotel, autobús al centro y primera comida en una terraza cerca de la Catedral. Evidentemente por la tarde tocó visita turística, algo que no dejaría de hacer en los cuatro días que pasé allí. Durante la subida a La Giralda me llamó José Luis para preguntarme si nada había cambiado ya que estaba en Gijón por trabajo y llevaba varios días sin poder conectarse a la red. Una vez tranquilizado el chaval, seguimos la ascensión para ver una de las vistas más bonitas de Sevilla que uno se puede encontrar. Como no podía ser de otra forma tras el ejercicio realizado nos fuimos a tomar unas cañitas y unos pinchitos al barrio de Triana, poniendo de esta forma el punto y final a la primera tarde turística. Como nota curiosa comentar que esa tarde descargó sobre Sevilla una fuerte tormenta de verano, con un montón de rayos y truenos y agua como para que Noé se sintiera como en casa. Os juro que yo es la primera vez que veo una tormenta de verano en Marzo. Cosas del sur. 🙂
Ya el viernes por la mañana estuvimos de visita en el Museo de Bellas Artes y después fuimos a los Reales Alcázares en donde pasamos bastante rato en sus amplios y preciosos jardines, que con el calor que hacía se agradecía encontrar un banquito a la sombra para descansar un rato. Durante la visita me llamó Pedro Dolcet y su mujer Ana y quedamos para comer juntos en uno de los locales de tapas de la zona de la Catedral y conocernos. Desde luego pasamos un rato muy agradable y divertido, sobre todo cuando los dos, móvil en mano, nos buscábamos por la calle para reconocernos. Habrá que hacerse camisetas con la imagen del Yokozuna para la próxima vez. 🙂
Por la tarde Beatriz y yo nos dispersamos, ella se fue de tiendas y yo me metí en un ciber para realizar mis apuestas en los juegos de internet, aunque con un resultado más bien nefasto como he comprobado al llegar a casa. Por la noche llegaron José Luis y Begoña y los cuatro degustamos unos pinchitos en otro de los múltiples bares de la zona, y luego exploramos un poco los locales nocturnos de las cercanías, en uno de los cuales nos encontramos con una oferta de chupitos con nombres un tanto… rebuscados.
El sábado por la mañana amaneció aún con más calor que los días anteriores. El gran día de la cena había llegado y estaba claro que la ciudad se iba a vestir con sus mejores galas para la ocasión. Aprovechando que José Luis, Begoña, Beatriz y yo estábamos en el mismo hotel, nos fuimos a pasear por el Parque de María Luisa, en donde recibimos la llamada de nuestro anfitrión Fernando para vernos un poco más tarde. Quedamos en un chiringuito al aire libre junto a la Plaza de Toros (que aprovechamos para ver, como no) y la Torre del Oro. Apenas habíamos empezado a degustar la cañita de rigor cuando aparecieron Fernando y su mujer Tere. Bueno, lo de Fernando era increíble. Nosotros con un calor casi de verano y él aparece con chaqueta y pañuelo al cuello haciendo juego. Vamos, que a este me lo traigo en Enero a pasar 10 días a León y no me resiste la primera helada. 🙂
A partir de este momento comenzó ya a calentarse el ambiente y comenzaron las primeras anécdotas del fin de semana. Fernando nos sugirió ir a picar algo a un local que conocía él y los seis nos amontonamos en su coche para ir para allá. Fue entonces cuando llamó Rubén, recién llegado a Sevilla y que ya estaba buscando gente para acoplarse. Cuando le estábamos dando la dirección del sitio en cuestión, nos dió un coche por detrás. Sí, ya se que dar por detrás no está bien visto, pero es que a él también le habían dado y de rebote nos tocó. Afortunadamente el golpe fue suave y todo se quedó en un ligero susto. También contactamos con Julio Navarro y su novia María, a los que también dimos la dirección del lugar en el que íbamos a comer. Pero mientras Rubén apenas tenía dificultades para encontrarnos, lo de Julio fue casi una odisea, con teléfonos móviles funcionando para indicarle la situación y con Fernando y yo dando vueltas por la calle a ver si le veíamos. Al final apareció y todos juntos dimos buena cuenta de unos hermosos langostinos, unas gambitas y un embutido variado, que acompañado de las cervecitas de rigor hicieron de este uno de los mejores momentos del fin de semana. Tras unas copas de champán y unos cafés, nos disgregamos todos (las mujeres, como no, se fueron de tiendas) para encontrarnos por la noche en el Centro Comercial Los Arcos, lugar escogido para la reunión.
Pues nada, allí aparecieron Victor y María Angeles y también Fermín Espejo, que como es de Málaga viajó en el día para no perderse la cena. También estuvo presente Pascual, el Maestro de kárate de Fernando, y entre todos pasamos un rato muy, pero que muy agradable, hablando de todo un poco, pero principalmente de sumo. La verdad es que al final y gracias a los efluvios de las cañitas, el vino y los licores del final, se hablaba un poco de todo, hasta de política (¿verdad Fermín?), pero todo en un ambiente más que festivo y agradable. Eramos ni más ni menos que 15 los comensales reunidos a la mesa, sin duda alguna la reunión más amplia de las celebradas hasta la fecha. Y ojo, que Pedro se ha ofrecido a organizar la próxima en Tenerife. No, si está claro que cada vez vamos a más en todo, hasta en las ubicaciones.
Bueno, tras la cena algunos se retiraron más pronto que otros, mientras los demás seguíamos buscando lugares de avituallamiento locales para degustar los licores típicos del país (vodka, ginebra, ron, whisky…). Pero a pesar de que poco a poco el grupo se fue disgregando camino de su respectivo hotel, lo que había quedado claro es que este es un excelente grupo de amigos al que los demás deberíais de uniros sin dudarlo. De verdad os aseguro que merece la pena esperar un año para volver a encontrarse con gente tan maja como los que allí estábamos. Además los hay de todas las edades, aunque creo que el título de abuelo de la lista se lo va a quedar Fernando mientras nadie aparezca para arrebatárselo. 🙂
La mayoría de la gente se fue el domingo por la mañana, y tan sólo Beatriz, Rubén y yo apuramos esa mañana para hacer un poco de turismo por la zona de la Macarena. Se nota que estabamos ya rozando la Semana Santa, porque todas las iglesias estaban ya preparadas para sacar sus tronos e imágenes a la calle. Incluso no cruzamos con un grupo de costaleros ensayando con el trono que sacarían en unos días. Acompañamos a Rubén a comer y después le despedimos en la estación de autobuses, y Beatriz y yo nos dedicamos ya a callejear principalmente por el Barrio de Santa Cruz, un precioso casco antiguo medieval con calles muy estrechas y que recomiendo a todo aquel que no conozca Sevilla. Bueno, la verdad es que todo el que no conozca Sevilla no tiene perdón de Dios, y es que es visita obligada para todo el mundo.
Y el lunes de vuelta a casa. Acababa así uno de los mejores fines de semana que yo he pasado en mucho tiempo, con un anfitrión excepcional como Fernando y con unos compañeros de lista que ya les gustaría a otros tener. Quien sabe, quizás en un futuro no muy lejano podamos organizar uno de estos encuentros alrededor de una perola de chanko-nabe cerca del Kokugikan de Tokio para poder unirnos no sólo los españoles sino también el resto de los miembros de esta lista. Bueno, ya se que fácil no es pero ¿soñar no es gratis?
(Comentario de Eduardo de Paz)
El sábado, después de ver los combates del día y enviar el comentario de rigor, me fui rápidamente a Atocha a tomar el Ave de las 11 de la mañana. A las 13:30 ya había llegado a Sevilla, la verdad es que es un buen invento esto del Ave. Entonces llamé a Eduardo para quedar para comer, y estaba en el coche con Beatriz, Fernando, Tere, José Luis y Begoña. Justo cuando estaba hablando con él, tuvieron el pequeño golpe que comentaba Eduardo, afortunadamente sin consecuencias. Me indicaron la calle del bar en el que íbamos a comer, y me dirigí hacia allí. Un rato después aparecieron Eduardo y Beatriz, a los que ya conocía de la anterior cena, José Luis y Begoña, y Fernando y Tere. La verdad es que es curioso esto de encontrarte con gente con la que hablas (a través de la lista) a menudo, pero que no has visto nunca personalmente. De José Luis había visto alguna foto de la cena de Madrid, pero la verdad es que no le reconocí en ese momento. Nuestro anfitrión, Fernando, es un sevillano de pura cepa, que nos trató maravillosamente. Muchas gracias, Fernando. Al cabo de un rato aparecieron Julio y María, y entre todos dimos buena cuenta de las gambas, langostinos, entremeses, pescadito… mientras charlábamos de todo un poco, y cómo no, de sumo. Y aquí ya empezaron a proponerme trabajo extra, jeje. Trabajo que haré encantado cuando saque algo de tiempo.
Después de la comida, unos cafés, y ahora sí, charla intensiva sobre sumo. Tan intensiva que las esposas y novias optaron por buscar algo más interesante. Después nos reunimos, unas cervecitas más, y cada uno a su casa u hotel hasta la hora de la cena.
Además de los antes mencionados, en la cena estaban Fermín Espejo, Pedro Dolcet y su mujer Ana, Víctor Ramos y su novia María Ángeles, y el maestro de kárate de Fernando, Pascual. Una vez más la sensación curiosa de conocer a los habituales de la lista; a Víctor ya le conocía de otras ocasiones, pero no así a Fermín y Pedro. Una cena opípara en la que no faltó de nada, y todo fue exquisito. Y tampoco faltaron las conversaciones sobre los más diversos temas, según la zona de la mesa en la que estaba cada uno. Evidentemente, el sumo aparecía de vez en cuando aquí y allá.
Después de la cena, algunos seguimos un rato y fuimos a tomar alguna copilla, y finalmente nos disgregamos y nos despedimos hasta la próxima cena. Como sedes para la próxima cena suenan como candidatos Canarias y Zaragoza. La verdad es que la opción de Canarias suena realmente apetecible, sobre todo si hay posibilidad de tener unas vacaciones y prolongar la estancia unos días. Y Zaragoza tampoco está nada mal; no se vaya a enfadar Julio… 🙂
La mañana siguiente la pasé con Eduardo y Beatriz, que eran los únicos que aún seguían por ahí. Me acompañaron hasta que salía mi autobús, ya que para la vuelta me fue imposible conseguir plaza en el Ave. Y aquí llegó lo único malo del fin de semana; el atasco que me comí con el autobús en la llegada a Madrid. En teoría llegaría hacia las 10 de la noche, y al final fue pasadas las 12. Al día siguiente un poco de sueño, pero es un precio que sin duda merece la pena pagar por haber disfrutado de este maravilloso encuentro.
(Comentario de Rubén Sánchez)
Esto de la cena está animando y crece cada vez más. Si es que son todo ventajas: viajar, pasarlo bien, conocer buenos amigos,… Es un placer. Como ya se ha dicho por ahí somos un grupo de majetes, la verdad es que da gusto estar con gente así. Este año se me ha hecho más corta y me hubiera gustado disfrutar algo más con el resto del grupo, pero estuvimos con nuestra familia de Sevilla y era difícil compaginarlo todo.
De matrícula lo de Fernando, realmente un anfitrión magnífico, y nos hizo empaparnos del espíritu que se respira en Sevilla. Mención especial a Pascual que además de afrecernos sus experiencias sobre las asociaciones y el deporte, hizo un hermanamiento con Granada que por supuesto quedará para siempre.
Viendo el tiempo que está haciendo ahora parece mentira que hace apenas una semana estuviéramos a 28 grados paseando al solecito. Para que os hagáis una idea, desde la giralda se podían ver piscinas sobre algunos edificios y gente en hamacas tomando el sol. Espectacular.
Mariangeles y yo aparecimos ya para la cena, volviendo a ver caras conocidas y estrechando nuevas manos. Lástima lo de Daniel, espero que te recuperes cuanto antes. Yo no se cuanto tiempo estuvimos de cena, pero quedamos los últimos en el restaurante y aún así se hizo corto. Buena comida y buenos amigos, la conbinación perfecta. Para próximas citas se barajan Tenerife y Zaragoza, aceptando cualquier sugerencia al respecto. Sobre la primera incluso se baraja la posibilidad de hacer el primer torneo de sumo-playa. Yo francamente lo iba a pasar un poco mal, así que me ofrezco como gyoji, 🙂
(Comentario de Victor Ramos)
Llegamos mi mujer y yo el jueves a las 21 horas por lo que solo dio tiempo de llegar al Hotel Montecarlo y buscar un sitio cerca para cenar y a dormir, llevaba una semana de dobles turnos en el hospital para poder disponer de cuatro días libres así que llegamos a la cama agotados. Nos lo habíamos planteado como un fin de semana para nosotros solos sin los tres niños y así fue (aunque hay que ver lo que los echa de menos uno en la distancia, ya que éramos los que de mas lejos llegábamos a Sevilla). Esto hizo que no pudiese estar con los miembros de la lista todo lo que hubiese deseado, espero que si vienen a Tenerife que será mas de un fin de semana ser un buen anfitrión y poder disfrutar de unas compañías realmente especiales, todo lo que podamos llegar a percibir en los mensajes de cada uno en la lista no es nada comparable con la compañía de estos que puedo llamar Amigos.
El viernes tocó por supuesto visita turística a Sevilla ya que ninguno de los dos conocía la ciudad. Empezamos por la Catedral por supuesto y sus alrededores, realmente es espectacular, cuando terminaba la visita llame por el móvil a Eduardo para conocernos y almorzar, tras el incidente de los dos buscándonos por la calle móviles en mano nos tomamos unas copas y unas tapas. Es increíble poder hablar con alguien de sumo personalmente. Por la tarde habíamos quedado con una compañera que vive en Sevilla para hablar y cenar.
El sábado por la mañana lo dedicamos a un paseo en barco y a ver el Alcázar de Sevilla, cuando entrábamos llamo Eduardo diciendo que estaba con varios de la lista tomando algo y hablando nos excusamos dado que se tarda bastante en recorrer el monumento y sus jardines. Almorzamos muy tarde y descansamos una hora para ir a la cena. Hoy no pude encontrar un ciber abierto para jugar en los juegos de sumo de Internet.
Al llegar al restaurante fue Fernando el que el verme despistado me pregunta si soy Pedro, se nota que ya conocía a todos los demás y por eliminación dio con mi nombre, un placer conocerlos a todos. Nos sentamos tras llegar Eduardo, José Luis con sus respectivas señoras. La mesa era larga en un extremo se sentaron las mujeres y en el otro los hombres y los dos sitios libre quedaron separando los grupos. Una reseña para agradecer a las mujeres de los que nos acompañaran, su presencia, al fin y al cabo a ninguna de ellas les iba nada con el sumo, sin siguiera se conocían entre ellas por lo que no estarían tan cómodas y a gusto como nosotros.
La cena una gozada y Fernando un anfitrión de lujo junto con su maestro Pascual que se integró perfectamente con el grupo. Hablamos de todo un poco de lo humano y de los divino incluido por supuesto de sumo, alguna reseña a recordar como la predicción de un miembro del grupo de que seguro que este torneo lo ganaba Kaio (¿verdad Eduardo?). Tras la cena intentamos seguir al grupo hasta un bar para tomar unas copas pero el cansancio hizo su aparición y nos retiramos.
El domingo antes de ir al aeropuerto hicimos una visita a la Macarena, no coincidimos con Rubén y Eduardo que luego me entere estaban por la zona, y de vuelta a casa se acabó un viaje que hará que a partir de ahora podamos poner una cara a los mensajes de la lista y esperar que todos y algunos más puedan venir el año que viene a Tenerife supongo que uno mas habrá ¿no Armando? En enero próximo empezaremos a hablar del viaje y prepararlo.
(Comentario de Pedro Dolcet)