El joven Sato, de 17 años, 183 cm. y 164 kilos, es el único luchador que se ha unido a alguna heya tras la finalización del pasado Aki Basho, concretamente a la Tamanoi-beya. Nativo de la localidad de Futtsu en la prefectura de Chiba, el luchador decidió abandonar sus estudios de secundaria para dedicarse al mundo del sumo, con gran disgusto de sus padres que en principio no aprobaban esta decisión. Curiosamente el luchador no se inició en el sumo hasta hace pocos años, pero tras probarlo en un torneo y conseguir finalizar en segunda posición, a pesar de no tener experiencia alguna en este deporte, el joven Sato abandono el club de tenis de mesa en el que se encontraba hasta entonces para dedicarse por completo al club de sumo. Sin duda es un luchador muy grande y con mucho futuro, al que habrá que seguir muy de cerca en los próximos meses para comprobar como de buena es su adaptación al sumo profesional japonés.