El día 29, después de salir de su heya, el Yokozuna Asashoryu se dirigió al aereopuerto de Narita desde donde partió a Mongolia. A pesar del tan deseado regreso, estuvo de mal humor. –¡Ya fue suficiente!- le gritó a un camarógrafo. Lo que le cambió el humor fue ver por televisión un evento de artes […]