Los luchadores de sumo se sometieron hoy a un control rutinario de salud en el que se les realizaron análisis de sangre, medición de la presión arterial o control de la fuerza de agarre, así como medición y pesaje. Evidentemente hubo de todo, luchadores a los que hubo que pinchar en la mano porque las enfermeras no encontraban una vena asequible, otros que lo pasaron realmente mal por su aversión a las agujas, otros sudando más que durante un combate en Nagoya… pero la norma general fue el buen humor y la predisposición de todos los luchadores para colaborar con el personal médico en la realización de unos controles rutinarios que sólo redundarán en su beneficio.