De nuevo el coronavirus ha vuelto a poner en jaque a la Nihon Sumo Kyokai, que se ha visto obligada a confinar a varios luchadores y oyakata por casos positivos en diferentes heya, aunque ninguno de ellos de las categorías superiores.
La noticia se conocía el jueves por la tarde, cuando se hacían públicos los resultados de las pruebas PCR realizadas por la asociación a todos sus miembros, en base a tener un torneo seguro y libre de posibles contagios. En ellas Otowayama Oyakata (perteneciente a la Onoe beya) y Onogawa Oyakata (perteneciente a la Yamahibiki beya) daban positivo en COVID-19 y se iniciaba un rastreo para conocer posibles contactos de ambos entrenadores.
La situación generada ya provocaba que la publicación del torikumi de las dos primeras jornadas se aplazara hasta el sábado por la tarde (hora de Japón) para conocer las nuevas pruebas PCR encargadas a los miembros de dichas heyas y a otros muchos oyakata y luchadores con los que, al parecer, los dos positivos habían tenido contacto.
La Onoe beya incluso se adelantaba a la decisión de la Kyokai y publicaba en sus redes sociales la decisión de que todos sus integrantes iban a ser kyujo en el torneo, lo que no incluía a ningún sekitori pero sí a quince luchadores de las categorías inferiores, entre ellos el recién descendido de Juryo Ryuko, algo que no gustó en exceso a la asociación que criticó el hecho de tomar esta decisión sin esperar a la reunión de urgencia de la Kyokai para decidir qué medidas llevar a cabo.
Las nuevas pruebas PCR realizadas a todos los implicados no daban ningún nuevo resultado positivo, por lo que finalmente la Kyokai decidía excluir a la Onoe beya y a la Yamahibiki beya del torneo, mientras que se permitía al resto de competidores poder iniciar el Haru Basho, que como ya sabemos no contará con el Yokozuna Kakuryu, lesionado en los entrenamientos previos al torneo.