Esta es quizás una de las noticias que no queríamos tener que dar nunca, pero lo cierto es que hoy la Nihon Sumo Kyokai, en un comunicado del que se ha hecho eco el periódico japonés Nikkan Sports, ha notificado el fallecimiento del luchador Hibikiryu, que permanecía hospitalizado desde que a mediados del pasado Haru Basho cayera en mala postura sobre la cabeza y se lesionara la columna, quedando paralizado sobre el dohyo durante muchos minutos sin que nadie de la Kyokai supiera cómo reaccionar, en una de las imágenes más dantescas que hemos tenido ocasión de ver referentes al mundo del sumo.
Desde ese día el luchador de 28 años y cuyo verdadero nombre era Mitsuki Amano, permanecía ingresado en un hospital de la capital japonesa, sin que nada se supiera de su estado físico hasta hace pocos días en que por twitter comenzó a filtrarse la noticia de que su cuerpo seguía paralizado y que su recuperación estaba siendo muy lenta.
Al parecer el estado de Hibikiryu empeoró de forma repentina ayer miércoles 28, tras más de un mes en el hospital y de que, por fin, su cuerpo comenzara a moverse poco a poco, lo que era un signo de esperanza sobre su recuperación. Lamentablemente en la jornada de ayer el luchador parece ser que sufrió una trombosis pulmonar de la que no pudo recuperarse, falleciendo a las pocas horas por una insuficiencias respiratoria aguda.
El presidente de la Kyokai Hakkaku Rijicho (antiguo Yokozuna Hokutoumi) declaró: «Todos los miembros de la Kyokai queremos expresar nuestro más sentido pésame por la noticia de su muerte. No encuentro palabras para consolar a la afligida familia. Yo mismo me quedé sorprendido y aturdido por la repentina noticia de su muerte. Debió ser muy difícil para él luchar contra la enfermedad durante más de un mes, pero perseveró y luchó contra ella como un rikishi bajo el cuidado de su familia y sus maestros. Espero que ahora descanse en paz. Me gustaría expresar mi más profunda gratitud en nombre del fallecido a todo el personal médico que le dio el mejor tratamiento.»
Desde aquí no vamos a echarle la culpa a la Kyokai por esta muerte, que no es más que el fatal desenlace de un accidente completamente imposible de prever y del que nadie es responsable, pero sí que nos gustaría que el fallecimiento de Hibikiryu sirviera para que los rectores del mundo del sumo abandonasen su hermetismo y sus antiguas tradiciones medievales para tener a disposición de los luchadores tanto un protocolo sobre lesiones como un moderno sistema médico que les permita tratarles sobre el dohyo y procurarles asistencia lo más rápidamente posible. Pero mientras en la junta directiva de la Kyokai no haya más que dinosaurios incultos y con escasa o nula preparación académica para dirigir los destinos de un deporte en el siglo XXI, mientras se esté más preocupado de finalizar los rituales sobre el dohyo que de atender a los lesionados, mientras se esté más pendiente de mantener las sacrosantas tradiciones (algunas muy respetables pero otras rancias y obsoletas) que de procurar el cuidado y la salud de los luchadores, mucho nos tememos que las cosas no van a cambiar. Ojalá estemos equivocados, de verdad.
(Foto: Nikkan Sports)
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