El Yokozuna Kisenosato ha anunciado que no participará en el próximo Nagoya Basho que se inicia este domingo día 8 y que redoblará sus esfuerzos para estar en la línea de salida del torneo de septiembre en el Kokugikan de Tokio. «Mi preparación no ha ido según lo esperado y mi sumo no ha vuelto, así que he decidido no competir en este torneo y prepararme a tope para estar en la línea de salida del siguiente basho.»
Con este son ya ocho los torneos en los que el Yokozuna no ha competido o no ha finalizado los quince días de competición, y el tercero consecutivo en el que decide no participar. De momento no hay presiones por parte de los rectores del sumo en que el japonés reaparezca, aunque sí han dejado muy claro que cuando lo haga deberá de estar en condiciones de pelear por el título hasta el último día o se le pedirá que renuncie a seguir en activo, algo que Kisenosato no sólo ha aceptado sino que, además, tenía pensado hacer de todas formas.
No me lo puedo creer…
Qué pena.
Tengo esa triste sensación de que ha durado muy poco tiempo un Yokozuna japonés, con las ganas y los años que hemos esperado. Espero de corazón equivocarme, pero tiene mala pinta, la verdad.
Así es.
A mí es un Sumotori que me encanta. Su juego de pies al filo de la tawara salvando situaciones imposibles, me flipa.
Y lo más importante:
Es un mérito terrible, el haber llegado al rango de Yokozuna, siendo japonés.
Para un mongol, el sumo es una «gran oportunidad» para su vida. Para el japonés medio, es sinónimo de una vida feudal, y alienante de la sociedad actual.
En el contexto tokiota de juventud modernizada, repleta de entretenimientos y videojuegos, tiene un mérito hercúleo, decidir y llevar hasta las últimas consecuencias, un modelo de vida tan restrictivo como el sumo.
Ojalá, Kisenosato regrese a lo grande.