Ayer lunes se celebró en Japón la festividad del Setsubun o de cambio de estaciones, en este caso del invierno a la primavera y que se celebra todos los años el día 3 de febrero. Esta festividad es una de las más tradicionales de Japón y está muy enraizada con la religión sintoísta.
El ritual principal del Setsubun consiste en expulsar todo lo malo ocurrido durante el año y para eso lo que hay que hacer es echar a los malos dioses o demonios responsables de la mala suerte. Si queréis aprender más sobre el setsubun, os recomendamos esta entrada de Japonismo.com en el que se habla de ello.
El ritual consiste en lanzar habichuelas de soja o cacahuetes, mientras se grita a todo pulmón la frase Oni wa soto, Fuku wa uchi (fuera los demonios, que entre la fortuna). Normalmente el receptor de estas semillas suele ser alguien disfrazado de demonio.
El motivo de que hablemos de esta festividad en nuestro blog es que los luchadores de sumo, como deporte nacional japonés muy enraizado con la cultura sintoísta, suelen estar presentes en alguno de los templos en los que se realiza, y este año 2020 no iba a ser una excepción. Ataviados con un traje bastante llamativo, los sumotori lanzan los cacahuetes o las semillas hacia los presentes, que suelen acudir en gran número no solo para celebrar la festividad sino también para poder ver un poco mas de cerca a sus ídolos.
Así que ya sabéis, si un mes de febrero estáis de viaje por Japón y un señor muy grande vestido con un traje parecido a un envoltorio de chicle os lanza cacahuetes, que no os parezca mal… estáis en pleno setsubun.
