Este basho será sin duda recordado por ser el que hizo frente al coronavirus COVID19 y por su sobrenombre: «Corona Basho«.
Sin duda son tiempos diferentes los que nos ha tocado vivir este 2020 y quizá en el último lugar donde esperaba encontrar consecuencias de ello era en el mundo de Sumo.
Si por una cosa se caracteriza en general Japón a la hora de tomar decisiones, y en particular la Nihon Sumo Kyokai, es por su conservadurismo. Así que cuando a mediados de febrero empezaban a salir rumores sobre posibles medidas a tomar para evitar al propagación del coronavirus COVID19 por parte de los distintos estamentos políticos, que estas llegasen a afectar al inicio de Haru Basho 2020 parecían más que improbables. Pero la gravedad del tema era demasiado grande como para «dejarlo pasar» y a finales de mes la Nihon Sumo Kyokai se veía obligada a modificar la estructura del torneo de una manera ostensible para cumplir con las obligaciones que se habían establecido en los eventos deportivos con público que se celebraban en el país. Así que casi sin quererlo los aficionados nos plantamos delante de un basho aun más repleto de incógnitas de lo que nos tienen acostumbrados, que no suelen ser pocas. Por suerte el resultado de esta especie de «experimento» creo que no ha sido tan malo como nos temíamos inicialmente la mayoría y con ello hemos podido saciar nuestras necesidades por un tiempo de Sumo al máximo nivel.
Lo que está claro es que el Haru Basho ha sido deportivamente hablando un torneo muy interesante y espero que la crónica que en breve empiezo sirva, pasados unos días de su fin, para poner a los aficionados en perspectiva.
No quiero finalizar esta breve introducción sin antes pedir perdón por la tardanza en su redacción. Si bien han sido días complicados para todos, personalmente he tenido que hacer frente al nacimiento de mi primer hijo y la verdad es que no he tenido tiempo. Así que gracias por entenderlo y ¡empecemos!
La llegada de la primavera a Japón es sin duda reconocida por su tan ansiado sakura pero para los aficionados al Sumo es sinónimo de competición. En concreto la actividad de los rikishi se traslada del Ryogoku Kokugikan de Tokyo al EDION Arena en Osaka.
Pero sin duda este 2020 nos tenía preparadas algunas sorpresas y las noticias antes de la disputa del torneo eran todas de carácter extra-deportivas. La parte «positiva» de ellas es que ninguna tenía que ver con «conductas impropias» de luchadores (siempre tan incómodas de tratar) y sí por un tema de carácter planetario como es la pandemia del coronavirus COVID19. Por todos era conocido como estaba afectando el tema a todo tipo de competiciones deportivas y el Sumo esta vez no sería una excepción
El pistoletazo de salida lo daba la Agencia del Deporte de Japón. Hacía un listado de recomendaciones (ya podemos imaginar que en este caso era sinónimo de obligaciones) que se debían seguir a la hora de planificar eventos con alta concentración de aficionados. Sin duda alguna el Sumo y su torneo de marzo se encontraban entre los afectados. Sobrevolaba por primera vez en el ambiente la posibilidad de una cancelación total antes de su inicio y nos ponía a todos en alerta.
Finalmente se descartaba, como la de posponerlo, dejando entonces como única opción a la Nihon Sumo Kyokai la de realizarlo sin público en las gradas; lo que se conoce como «a puerta cerrada». Parecía a siete días de su inicio la opción menos lesiva siempre y cuando se pudiesen establecer ciertas «normas extra» que garantizasen la seguridad de todos los implicados en la realización del torneo (rikishi, shinpan, trabajadores de televisión,…). Entre las más destacadas sin duda el prácticamente confinamiento de los diferentes miembros de las heya (limitando la movilidad), cambios en algunos ceremoniales y, sin duda alguna la más importante, que si alguien daba positivo por coronavirus COVID19, automáticamente se cancelaba el basho. Para garantizar el cumplimiento de esta última norma se tomaba al día dos ocasiones la temperatura corporal a los que accediesen al recinto y si superaban los 37,5 grados centígrados serían obligados a ir a un hospital donde se le sometería al test pertinente para decretar si era portador del virus.
Así que ante tal panorama y con todo un sinfín de problemas al que debía hacer frente la organización (derechos de televisión, reparto de premios,…) se acercaba poco a poco el día de inicio a un torneo que ahora más que nunca era un enigma de como podía acabar (si es que se podía finalizar en los quince días previstos).
En cuanto a lo deportivo, diversas «cositas» tenían que verse aclaradas en el torneo.
Tras la retirada de Goeido y consumarse la degradación de Takayasu, el banzuke se había tenido que publicar con una peculiaridad: solo Takakeisho era ozeki. Era por este motivo que uno de los dos yokozuna tenía que ostentar un rango muy poco habitual, el de yokozuna-ozeki.
Sin duda alguna esto generaba una expectación increíble entre los seguidores por si era posible que algún rikishi consiguiese tener un récord lo suficientemente bueno para certificar su ascenso al rango de ozeki. Por tanto los ojos estaban puesto sobre la figura de Asanoyama y Shodai. De los dos quien lo tenía más «asequible» era sin duda el primero. Lo conseguiría si mostraba un nivel similar a los dos últimos torneos (11-4 y 10-5). Shodai por contra, pese a tener mejores resultados en noviembre y enero (11-4 y 13-2), sus números «provenían» de una escalada brusca desde la parte baja del banzuke. Por ese motivo se antojaba complicada la promoción a no ser que disputase la victoria final del torneo.
Si nos abstraíamos de la «batalla del ozeki» y poníamos los ojos en los demás luchadores, las previsiones estaban repletas de claros y oscuros.
Por un lado teníamos a los yokozuna y, como pasa siempre con ellos, debían ser los máximos candidatos a la victoria final antes del inicio de las hostilidades. Solo las lesiones podían apartarlos de la pelea por levantar la copa del emperador. En esto teníamos a un Hakuho que parecía estar al cien por cien mientras Kakuryu debía demostrar que estaba recuperado de las lesiones (algunas malas lenguas empezaban a hablar de retiro si no se mostraba algo mejor de lo visto últimamente). Así que una lucha entre yokozuna el último día para decidir el torneo era sin duda lo único que podía refrendar ambos luchadores y era el sueño de cualquier seguidor del Sumo.
En cuanto al único ozeki propiamente, Takakeisho, la sensación era que conseguir un kachi-koshi ya sería un buen resultado tras lo que se había visto en los entrenamientos previos. En contra de lo que nos tiene acostumbrados la sensación es que no estaba entre los candidatos a la victoria final.
Del resto de la categoría makuuchi convenía seguir luchadores como Endo, Tokushoryu (recién operado del codo) o Tokushoryu (brillante ganador en enero con un salto gigante en el banzuke). Y nunca olvidar a «sospechosos habituales» como son Mitakeumi, Abi, Takayasu,…
Un caso aparte era la figura de Enho. Convertido en toda una estrella mediática se encontraba en su mejor posición del banzuke y ello lo llevaría a pelear con miembros del sanyaku que sin duda lo pondrían en mas de una ocasión en problemas mucho mayores de los vividos hasta la fecha.
Para «los más cafeteros» y fuera de la máxima categoría teníamos a tres nombres a seguir por encima de todos: Terunofuji e Ichinojo en juryo y Ura en sandanme. El primero se encontraba en la parte alta de su división y se empezaba a vislumbrar un posible retorno al makuuchi de cara a mayo o julio si seguía así. Por su parte Ichinojo y su irregularidad (ya sabéis que pienso que se trata realmente de un par de gemelos en que uno es buenísimo, el otro un pasota y se sortean diariamente quien sube al dohyo) nos hacía estar pendiente de él de cara a un ascenso en el futuro, eso si, a medio plazo. Y «enterrado en las profundidades» estaba Ura en su búsqueda por escalar lo más rápido posible en el banzuke (los que lo «conocemos» sabemos sin duda que su Sumo y los resultados cosechados los últimos tiempos lo hacen merecer de ello).
Se acercaba el día 8 de marzo y pese a todas las incertidumbres el torneo estaba por empezar. Teníamos el Haru Basho 2020 prácticamente delante de nosotros y a por ello de íbamos «sin frenos».
El primer día de competición destacó más por las gradas vacías que por los resultados. Y es que los makuuchi, miembros de la máxima categoría, parecían jóvenes jonidan en sus primeros pasos en la competición oficial. En el lado deportivo inauguraban el casillero de victorias los yokozuna, ozeki y sekiwake, mientras ambos komusubi acumulaban derrotas. Por si no fuese poco otros nombres señalados como Mitakeumi, Ryuden, Takanosho o Aoiyama entre otros ganaban «sin problemas».
Estaba la competición en su segunda jornada aun cogiendo el ritmo «de gradas vacías» cuando ya se daban algunos resultados interesantes. Sin duda de entre las sorpresas más grandes las derrotas de Kakuryu y Takakeisho. Y es que Hokutofuji y Okinoumi daban cuenta de ambos en combates muy disputados pero ni mucho menos ajustados. Las «críticas» sobre el yokozuna volvían a sobrevolar y como no mejorase sus prestaciones en breve debería hacer frente a un alud de opiniones sobre si debería retirarse. De entre los nombres destacados que no habían aun inaugurado su casillero de victorias al final del día destacaban Takayasu y Tochinoshin. El primero se había enfrentado con miembros del sanyaku y tenía «excusa» pero el segundo demostraba que no estaba en su mejor momento físico.
La tercera jornada empezaba a «hacer la criba» y como líderes invictos solo quedaban ocho rikishi de los cuarenta y dos que integran la categoría de makuuchi. Destacaban los nombres de Hakuho, Asanoyama y Mitakeumi. A una derrota los también «sospechosos habituales» Kakuryu, Takakeisho o Shodai entre otros. De los que una no habían inaugurado su casillero de victorias un Takayasu en horas bajas y el ganador de enero, Tokushoryu, que estaba chocando con un muro demasiado alto al subir en el banzuke muchísimas posiciones.
Con la llegada del miércoles lo hacía el cumpleaños de Hakuko y este se regalaba la cuarta victoria ante un peligroso Okinoumi. El grupo de líderes, e invictos, se reducía un poco más y se quedaba en seis. A una victoria diez luchadores. No eran distancias muy grandes pero el grupo de candidatos empezaba a «aclararse» con nuevas derrotas de rikishi como Takakeisho, que si bien al cien por cien son peligrosos, a medio gas pueden tranquilamente ser derrotados por otro integrantes del sanyaku. Pero sin duda si algo «sorprendía» de la jornada eran las imágenes que dejaba la lesión (parece ser una rotura muscular) que padecía Takayasu. Ver a alguien tan fuerte como él retorcerse en el suelo de dolor mientras nadie acudía en su ayuda no deja ser ser chocante para alguien occidental (como es mi caso evidentemente) donde se tiende a sobreproteger a los que padecen este tipo de problemas en competiciones deportivas.
Con el fin del primer tercio de competición el grupo de líderes estaba compuesto por Hakuho, Mitakeumi, Asanoyama y Aoiyama. Los tres primero sin duda los nombres más «conocidos» entre los candidatos al triunfo final, pero el cuarto, en una posición de maegashira trece quizá podía esquivar los luchadores más peligrosos y tener opciones reales como pasó con Tokushoryu en el basho anterior. De los perseguidores destacaba el yokozuna Kakuryu. Su derrota el segundo día lo había relegado pero todo seguía en sus manos al tener que enfrentarse con la práctica totalidad de los líderes en próximas jornadas.
Empezaba el segundo tercio de competición y puedo asegurar que la sensación que tenía era que en cualquier momento todo se podía parar por culpa del coronavirus COVID19. Y es que el día anterior ligas profesionales tan importantes a nivel global como son la NBA o MLB cesaban y al ser también ferviente seguidor de ellas conseguían que «se me pusiesen las orejas de punta». Por suerte eran solo eso, sensaciones personales, por que la realidad es que los rikishi volvían al estadio vacío y subían al dohyo una jornada más.
A nivel competitivo la noticia sin duda era que la tan ansiada primera victoria del último campeón, Tokushoryu, sobre Kakuryu. El yokozuna acumulaba su segunda derrota y parecía complicarse su candidatura al yusho mientras Hakuho seguía «a lo suyo» con un récord impecable. Solo conseguían seguir su estela Mitakeumi (tras una destacada victoria sobre el aspirante a ozeki Asanoyama) y un sólido Aoiyama. Un trío en cabeza seguido de un grupo de cuatro rikishi a una derrota de distancia y nueve a dos. Más allá parecían quedar aspirantes a kachi–koshi o dobles dígitos, no a la victoria final. De entre ellos destacar la figura de Takakeisho que «solo» conseguía un casillero igualado a tres.
La llegada del fin de semana nos traía un combate estelar entre dos de los líderes: Hakuho y Mitakeumi. Si además el «tercero» en discordia en la parta alta de la clasificación, Aoiyama, cae frente a un valeroso Terutsuyoshi, nos deja una parte final de jornada muy emocionante pese a la frialdad de ver las gradas vacías. Todo el sanyaku conseguía ganar exceptuando Hokutofuji frente a un «sospechoso habitual» como es Abi. Así que rikishi como son Asanoyama (frente Endo), Takakeisho (con Tokushoryu) y Kakuryu (por primera vez ante Enho), evitaban de momento «meterse en un brete» antes del domingo que forma el nakabi (ecuador de la competición). Llegaba el combate estelar y Hakuho mostraba porque está entre los más grandes de este deporte. Se llevaba la victoria ante Mitakeumi quedándose líder en solitario.
Como siempre digo, el nakabi es un día muy especial en el transcurso del basho y esta vez le sumaríamos un extra de intriga al saber que uno de los rikishi, Chiyomaru, había sido obligado a ausentarse del mismo después de tener fiebre (fallaba dos días seguidos la prueba con algo mas de 37,5 grados centígrados de temperatura). Mientras no se tuviesen los resultados de su test sobre coronavirus COVID19 la competición seguía pero la sombra de su anulación planeaba de nuevo sobre el EDION Arena de Osaka.
En el plano deportivo Hakuho seguía invicto mientras sus perseguidores directos eran ahora una pareja, Takanosho y Aoiyama. Y es que Mitakeumi caía por segunda vez en el fin de semana frente al otro yokozuna. Así que a sus dos derrotas lo convertían en integrante de un grupo a que también lo integraban su verdugo, Kakuryu, o Asanoyama entre otros.
El lunes, la novena jornada, no nos dejaba sorpresas. Y es que prácticamente todos los luchadores de la parte alta de la clasificación resolvían positivamente sus combates. De los nueve guerreros que seguían «en la pomada» al inicio del día solo Chiyotairyu se descolgaba. Así que eran ocho los que tenían posibilidades reales de campeonar a falta de seis jornadas.
El fin del segundo tercio de competición nos traía una noticia tremendamente positiva. Los resultados practicados en el hospital a Chiyomaru descartaban ser portador de coronavirus COVID19, así que todo podía seguir «sin problemas» y empezábamos a ver la posibilidad de tener campeón en el Haru Basho como es habitual después de quince jornadas de competición.
Por si no fuese poco, en el plano competitivo nos encontrábamos la primera derrota del líder hasta la fecha, Hakuho, y quedaba en lo mas alto acompañado de Aoiyama. A una derrota un grupo significativo de cuatro rikishi que destacaban más por sus nombres (Kakuryu, Asanoyama, Mitakeumi y Takanosho) que por su registro. Y es que a falta de cinco jornadas estar más lejos de una victoria pese a convertirte en candidato «matemático» complica mucho que lo seas realmente.
Así que finalizaba el segundo tercio de competición con algo de positivismo extra-deportivo y con seis candidatos perfectamente «creíbles» a la victoria final.
El último tercio de competición nos decía que a los tantas veces nombrados «sospechosos habituales» que encontrábamos en la parte alta de la clasificación debíamos sumar con serias posibilidades a la victoria final a un «invitado de piedra» que era Aoiyama. Y es que las sensaciones eran que los miembros de la Nihon Sumo Kyokai se tomaban muy en serio al rikishi búlgaro y tenían intención de emparejarlo estos últimos días con algunos de los luchadores «importantes». No querían repetir la situación del anterior basho donde el rango que ostentaba Tokushoryu lo hacía «imposible» cruzar con miembros del sanyaku, que además estaban en aquel momento «en la pomada».
Finalizaba la undécima jornada con sendas victorias de los líderes, Hakuho y Aoiyama. El primero se deshacía de un combativo Hokutofuji que no podía más que «ratificar» que su récord lo haría descender ostensiblemente en el banzuke al acabar el torneo (2-9). En cuanto a Aoiyama derrotaba a uno de los que aun aspiraba a pelear el basho, Kotonowaka, y lo alejaba ya a tres victorias. Por su parte todos los perseguidores directos (Kakuryu, Asanoyama, Mitakeumi y Takanosho) superaban a sus rivales dejando claro que no se descolgarían sin pelear los días que quedaban. En la batalla en la zona intermedia entre los que peleaban el kachi–koshi, el traspiés lo daba Takakeisho frente un Abi que lo igualaba el récord(5-6). Se metía en una lucha fratricida en los últimos días y frente a rikishi muy peligrosos.
El jueves nos dejaba con los ojos abiertos y recordándonos porqué el Sumo es tan maravilloso a la vez que impredecible. En un combate muy exigente frente a un perseguidor directo, Aoiyama derrotaba a Mitakeumi. Los integrantes de la Nihon Sumo Kyokai definitivamente habían decidido dar toda la credibilidad como candidato al búlgaro y volvía a darles la razón al superar por segundo día consecutivo un gran escollo. Y es que a los que lo llevamos algún tiempo siguiéndolo nos hacía recordar a aquel luchador que por ahí el 2017 se quedaba a un victoria de forzar un playoff con Hakuko. Por su parte, el yokozuna, no conseguía llevarse la victoria frente a Shodai dejando al búlgaro líder en solitario a falta de tres días Kakuryu se llevaba el combate frente a Endo y se emparejaba con Hakuho. Con ellos estaba Asanoyama, que en el que quizá era el otro combate del día se deshacía de Takanosho y ya con dobles dígitos volvía a pensar seriamente en su promoción a ozeki.
El viernes tenía claro que su función era asegurar un fin de semana emocionante y lo conseguía tras mostrarnos que la debilidad principal del hasta el momento líder en solitario era la aparición de los tan peligrosos nervios. Aoiyama en un nuevo combate durísimo ante un rival de la parte alta del banzuke caía frente Takanosho. Por su parte Kakuryu conseguía un victoria delante del ozeki Takakeisho. Tras once días como «perseguidor» subía a lo más alto de la clasificación mientras dejaba al borde del make–koshi (6-7) a un rikishi que no ha mostrado el nivel al que nos tiene acostumbrado. Hakuho, en el que posiblemente era el combate más interesante de la jornada, se deshacía de Asanoyama (10-3), certificando que serían los integrantes de este trío los que parecían disputarse realmente el torneo llegado el fin de semana.
El sábado se despertaba con los comentarios entre bastidores de lo mucho que tardó en publicar la Nihon Sumo Kyokai el día anterior el orden e integrantes de los combates. Y es que había mucho interés por saber los diferentes «caminos» que debían recorrer algunos luchadores y si ello les podría facilitar conseguir los objetivos finales. Y lo que quedó claro es que para ellos la figura de Aoiyama era tomada «muy en serio» como candidato a la victoria final y con el rango que ostentaba debería derrotar al menos a un yokozuna si pretendía levantar la copa del emperador. Ya sobre el dohyo diferentes luchadores empezaban a aclarar sus registros y sabíamos de algunos que antes de tiempo certificaban descensos en el banzuke que se publicaría de cara a mayo. De la misma manera algunos otros aseguraban ascender en la clasificación con el tan ansiado kachi–koshi o dobles dígitos incluso. Ya en los combates con miembros del sanyaku resultado dispar para los komobushi. Hokutofuji conseguía mitigar su malísimo récord con la cuarta victoria frente a Kagayaki mientras Endo dejaba para el último día conseguir o no el kachi–koshi al perder y quedar empatado con siete victorias y derrotas. En cuanto a los sekiwake, Shodai conseguía asegurar el rango con su victoria número ocho mientras Asanoyama era derrotado ante uno de los poderosos líderes: Kakuryu. En cuanto al ozeki, Takakeisho, conseguía igualar in extremis el casillero a siete y se jugaría el domingo tener un récord positivo que le permitiese mantener rango de cara a los dos siguientes torneos. Con el resultado antes mencionado, Kakuryu, se garantizaba depender de él mismo para la victoria final y esta estaría sí o sí en su enfrentamiento directo el domingo frente la figura de Hakuho. Pero todo tomaba un cariz aun más dramático cuando el yokozuna pasaba por encima de un valeroso Aoiyama. Quedaban como únicos candidatos a la victoria final los dos miembros con mayor rango de todo el banzuke. Sin duda el domingo sería una jornada muy interesante.
Se levantaba el domingo con ese «aroma» que tanto nos gusta a los seguidores del Sumo. Y es que un último día de torneo con un campeón por decidir siempre es una buena noticia. Si le sumamos que en este caso se resolverá el enigma con un combate «a muerte» entre yokozuna, mucho mejor.
A todo esto le teníamos que sumar que aquí en España, de manos de los chicos de Japonizados Podcast nos congregamos con ellos algunos seguidores como @SumoJapones, @ElbuenRikishi, @viktorsson_ o yo mismo para grabar un podcast mientras se vivía en directo la jornada definitiva. Momento histórico que quedaba grabado y publicado para quien quiera en el capitulo 3 de su Japonizados Confinados.
La competición se iniciaba con la derrota de Aoiyama. Tras quedar relegado de la carrera por el título el día de anterior reconocía a los medios de comunicación que los últimos días fueron muy duros y los nervios le afectaban mucho al verse candidato real a la victoria. Su derrota ante Ishiura, que por su parte ha hecho uno de sus mejores torneos con un 9-6 que bien le valdrá un ascenso significativo en el siguiente banzuke, no empañaba su buen hacer estos quince días.
Seguían combates muy interesantes en la mayoría de casos sin nada a decidir ya que los kachi–koshi habituales no eran tan numerosos como nos tienen acostumbrados. Así que se resumía a luchar por el honor y eso siempre asegura rikishi más que motivados. Abi, Enho u Onosho conseguían victorias más o menos importantes pero sin mucha repercusión en cuanto si bajarán o subirán, sino más bien indicando cuanto puede ser la caída o el ascenso en el siguiente banzuke. Del segundo, Enho (me declaro un seguidor incondicional) no he hablado mucho este torneo pero su resultado final 6-9 no es para nada un «descalabro». Como he comentado al principio de la entrada se trataba de su clasificación más elevada y ha caído contra los mejores pero dejando claro que tiene herramientas en las que confiar de cara al futuro a la vez que vistas sus desventajas, puede trabajar para minimizarlas.
Llegaba el sanyaku y las pulsaciones subían entre los aficionados, esta vez todos delante de la pantalla al estar el estadio cerrado al público. Sensaciones por tanto muy extrañas y poco comunes a los que nos pasa habitualmente.
Los dos komusubi caían derrotados y certificaban sus make–koshi. Muy mala señal para luchadores que habían mostrado un buen rendimiento en el torneo anterior.
Por su parte, el sekiwake Shodai perdía ante un Takanosho que finalizaba con un imponente 12-3. No le afectaba mucho al haber conseguido el día anterior el kachi–koshi pero acabar con derrota no le gusta a nadie.
Quedaban los dos combates finales y con ellos se debían resolver las únicas incógnitas que quedaban. ¿Conseguiría derrotar Asanoyama a Takakeisho y forzar así un posible ascenso al rango de ozeki?¿Podría evitarlo después de un torneo algo irregular el único luchador que ostentaba el rango máximo tras los yokozuna? y lo que era más importante ¿quién de los yokozuna conseguiría llevarse la victoria en el Haru Basho?
Las dos primeras se resolvieron en el penúltimo combate de la jornada. Asanoyama mostró argumentos para refrendar sus aspiraciones mientras Takakeisho desmostó que la irregularidad del torneo era más que evidente prueba de un desempeño por debajo de lo que nos tiene habituados. Victoria para el sekiwake mientras que el ozeki deberá conseguir un kachi–koshi en el siguiente si no quiere ser degradado de nuevo.
Llegaba el turno de los yokozuna y las pulsaciones de todos los que estábamos pendientes aumentaban y como prueba de ello el podcast antes mencionado que se grababa en directo. El saber que sin duda los que son los mejores luchadores de todo el sanyaku se disputaban la victoria final nos hacían predecir un combate muestra de lo mejor de lo mejor.
Salieron «a muerte» y por momento parecía que Hakuho estaba en problemas… Hasta que consiguió su «clásico» agarre con el brazo izquierdo que le hizo revertir la situación. Fuerzas igualadas de nuevo. Finalmente Hakuho, y pese a la oposición de Kakuryu, conseguía la victoria y con ello se llevaba su basho numero cuarenta y cuatro. Sin duda un resultado destacado en un torneo muy diferente por causas externas al mundo del Sumo.
Finalizaba el basho con una ceremonia atípica en que se hacía entrega de la copa del emperador, el estandarte al campeón y acababa con una lectura de un discurso por parte de la Nihon Sumo Kyokai frente a la totalidad de los rikishi que componían la categoría de makuuchi. Y es que sin duda este torneo será recordado por celebrarse en unas condiciones muy diferentes a las habituales y no por la importancia de lo que deportivamente se ha podido ver durante quince días de competición.
Como siempre digo si se tenemos que hacer algo antes de todo es felicitar al campeón y no por ser un «habitual» como lo es Hakuho haremos una excepción. Así que… ¡FELICIDADES!
De la misma forma señalar que los ganadores de los premios «secundarios» como son el shukun–sho (rendimiento) para Onosho, el kanto–sho (espiritu de lucha) para Takanosho y el gino–sho (técnica) para Aoiyama.
En cuanto a lo indicado al principio como recomendación para «los más cafeteros» decir que no nos defraudaron ninguno de ellos. Ichinojo conseguía un significativo 9-6 mientras Terunofuji se ponía en las quinielas de posibles ascensos a la máxima categoría con su 10-5. Ya en sandanme el rikishi Ura victoreaba por segunda vez tras su paso por jonidan en enero con el mismo resultado 7-0. Su camino en búsqueda del makuuchi sigue parece inexorable.
En cuanto a todo lo acontecido los últimos quince días de competición, solo decir un par de cosas. Por una parte que Asanoyama finalmente ha sido promovido al rango de ozeki pese algunas reticencias pero las necesidades de la Nihon Sumo Kyokai así quedan cubiertas. Por otro lado las «consecuencias» típicas al acabar el torneo (principalmente lesiones) pueden afectar algo menos de lo que estamos acostumbrado. No habían pasado ni dos semanas de de su conclusión cuando se anunciaba la anulación del clásico jungyo de primavera y se imponían nuevas normas para evitar propagaciones del coronavirus COVID19. Aun así ello no evitaba que apareciese el primer positivo confirmado entre los miembros de una heya. La posibilidad de que se anule incluso el torneo de mayo es más que evidente (ya se ha retrasado quince días de las fechas planteadas inicialmente).
Así que si hay una certeza a día 23 de abril (el momento en que finalizo de redactar esta entrada) es que los luchadores parecen hacer frente a un descenso de actividad y con ello las posibilidades de recuperación de lesiones es mucho mayor. Es solo un suponer pero imaginad un torneo en julio con todos los miembros de la categoría makuuchi con cuatro meses de «descanso». Sin duda podría darse un basho con luchadores en estado físico extraordinario y con ello un espectáculo increíble
Toca descansar y para los más yonkis repasar combates de nuestros rikishi favoritos hasta que llegue la próxima competición oficial que no sabemos a ciencia cierta cuándo será. ¡Ah! Y también disponemos del podcast de Japonizados, que quién sabe si puede convertirse en una «tradición» de cara un futuro el grabarlo algún día de torneo. ¿Alguien se apunta?
Así que reposemos todo lo vivido, descansemos, repongamos fuerzas como lo harán los rikishi y seguro que en el siguiente torneo lo volveremos a pasar de fábula.