Con la llegada del año nuevo también lo hizo la anarquía en el banzuke
Si una cosa tenía clara los últimos días de 2019 era que me apetecía mucho escribir sobre todo lo que podía acontecer en el Hatsu Basho.
Con el inicio del mismo esa sensación se veía aumentada y con el paso de las jornadas mi locura por reflejar todo lo que pasaba me hacía pensar que quizá sería imposible mostrar una imagen global del mismo.
Sí, quizá sea una de las crónicas más complicadas de escribir que he tenido.
Y es que todo lo acontecido se podría decir que ha continuado una linea argumental iniciada en los últimos torneos del año pasado donde de un dominio aplastante de los yokozuna se ha pasado a unos resultados totalmente imprevistos. Un «vivir al día» que a los que seguimos el Sumo desde hace ya un tiempo nos resulta algo extraño tras la llegada de los rikishi mongoles al sanyaku y con ello la dictadura que comportó por más de una década.
Pero el tan esperado «cambio de guardia» parece que ha llegado. Lo que no sabemos es cuando se confirmará propiamente. Quizá estemos en los primeros pasos de ello pero aun es pronto para asegurarlo.
Por todo ello nos sentamos delante de la pantalla para disfrutar del espectáculo que hemos visto este Hatsu Basho de 2020 y «ya si eso» dentro de un tiempo valoraremos lo que pueda haber significado en la «linea argumental de la historia del Sumo» de los próximos años.
¡Vamos a ello!
La previa
Como he comentado los días previos no destacaban por tener una gran cantidad de noticias. Quizá la mas destacada era la pelea en que se veía envuelto Ishiura. Por momentos se pensaba que quizá era «castigado» este basho y no podía participar. Finalmente acababa la cosa con una multa económica.
En cuanto al estado físico y lo que se podía esperar de cada uno de los rikishi la cosa no estaba muy clara.
Los yokozuna manifestaban encontrarse al cien por cien y su objetivo, como siempre, era la victoria final. Parecía que las lesiones eran cosa del pasado y si destacaba algo de ellos eran las declaraciones de Hakuho donde daba a entender que este 2020 sería definitivamente el de su retiro.
En cuanto a los ozeki se mantenían en lo que parecía una «pelea de inconsistencia». El único que parecía tranquilo era Takakeisho, que sabiéndose tenedor del rango por al menos dos torneos más, era un candidato claro a la victoria final. Goeido por contra necesitaba un kachikoshi para no ser degradado después de unos meses donde su rendimiento había sido más que discutido.
Del resto del sanyaku al que inicialmente se debía prestar más atención era Takayasu. Diez victorias era el objetivo para recuperar el rango de ozeki y esto lo podría colocar en la carrera por la victoria final. Por su parte las prestaciones de Asanoyama. Abi y Daiesho eran un enigma pero no por ello los hacían menos peligrosos. ¿Darían un paso al frente alguno de ellos?
Del escalón inferior al sanyaku el nombre más destacado era sin duda Mitakeumi. Con dos yusho a sus espaldas siempre se tiene que contar con él en la lista de candidatos a la victoria final.
Algo más abajo que el japonés teníamos a un Tochinoshin en caída libre desde su última degradación como ozeki y al sorprendente Enho buscando demostrar una vez más que la calidad de su Sumo es mucho mayor que su tamaño.
Si no fuese poco todo lo explicado hasta el momento la parte baja de los maegashira estaba repleta de rikishi con metas reales tan diferentes como llegar al sanyaku en torneos próximos o simplemente mantener rango para no caer a juryo. Como suele pasar con ellos, quien sabe si un calendario «agradable» y un desempeño competitivo podía colocar alguno en la carrera por la victoria final… Difícil pero no imposible como hemos podido ver en alguna ocasión.
El domingo 12 de enero llegaba y con ellos los rikishi al Ryogoku Kokugikan. El Hatsu Basho 2020 se iniciaba.
Comienzan las hostilidades
El inicio de torneo ya nos dejaba entrever que las sorpresas podían hacer acto de presencia en cualquier momento. Si bien Hakuho ganaba con solvencia, Kakuryu en su combate frente a Endo se veía implicado en un monoii que caía en contra suyo. Además algunos posibles candidatos a la victoria final como eran Goeido, Mitakeumi, Takayasu o Abi entre otros, estrenaban sus casilleros con derrotas. Mientras, Enho hacía de las suyas en un combate increible que se llevaba ante Takarafuji. Larga ovación que sus fans (entre los que me encuentro) esperaban repetir los siguientes días.
El segundo día confirmaba lo visto la jornada anterior. Endo volvía a conseguir el kin-boshi al derrotar a un yokozuna, en este caso Hakuho. Por su parte Kakuryu igualaba su casillero con una victoria. Mientras, de entro todos los combates el que quizá tenía «mejor nombre», un Goeido-Mitakeumi, se lo llevaba el primero. La igualdad en el torneo se veía reflejada en que únicamente ocho luchadores quedaban sin victorias en su registro.
La tercera jornada nos traía un muy poco habitual dupla de derrotas en los combates de los yokozuna. Empezaba a sobrevolar la idea que ambos se retirasen y con ello el abanico de rikishi de cara a la victoria final era muy numeroso. Seis eran los invictos, como los que quedaban con el casillero aun a cero.
El miércoles confirmaba lo que se intuía el día anterior. Hakuho se retiraba antes de empezar la jornada mientras que Kakuryu decidía volver a subir al dohyo acumulando una nueva derrota. Tres en cuatro días era un lastre suficientemente grande como para intuir que al día siguiente no repetiría el error. En cuanto a los invictos el grupo volvía a reducirse y ya solo cuatro eran los que encabezaban el torneo.
El final del primer tercio de competición confirmaba lo que era una noticias a voces: el basho ya no tenía yokozuna en competición. Los invictos ya eran solo tres (Shodai, Kagayaki y Terutsuyoshi) demostrando que no sería tan fácil librarse de ellos y estaban dispuestos a poner su nombre en la lista de ganadores del basho. Curioso era ver que todos eran maegashira, teniendo al sanyaku un paso por detrás.
Tras el quinto día:
(5-0) Shodai, Kagayaki y Terutsuyoshi
(4-1) Takakeisho, Endo, Yutakayama, Tokushoryu y Hokutofuji.
Shodai se destaca
Se iniciaba el segundo tercio de competición con un líder en solitario. Shodai era capaz de llevarse la victoria mientras los otros dos no. De entre los seis perseguidores que quedaban a una derrota de distancia destacar a Takakeisho. Sin duda un rival a temer si decides pelear el yusho.
La séptima jornada nos dejaba la «sorpresa» de ver a Goeido derrotar al líder. Se formaba un grupo de cinco rikishi con una única derrota. Parecía claro que entre ellos (Takakeisho, Endo, Tokushoryu, Terutsuyoshi o Shodai) podía estar quien levantara la copa del emperador el domingo 26. La nota «triste» era ver que Takayasu y Goeido acumulaban cuatro derrotas y sus posibilidades de mantener o recuperar rango prácticamente se esfumaban.
El nakabi siempre es especial y esta vez no era una excepción. Este paso del ecuador se caracterizaba por «afinar» el número de candidatos reales a la victoria final. Los líderes eran ahora un trio mientras los perseguidores a una derrota de distancia eran cuarteto. Siete luchadores con un mismo objetivo. Por detrás los rikishi del gran grupo «se golpeaban sin compasión», muestra de ello es que no había ninguno sin victorias en el casillero.
El lunes nos dejaba la derrota de Takakeisho frente a Shodai, uno de los líderes. Sin duda el que considerábamos máximo candidato a levantar la copa del emperador sembraba las dudas entre los seguidores del Sumo. El binomio en cabeza eran dos maegashira mientras al ozeki se le unía Yatakayama y Kagayaki en la persecución. Se complicaba la cosa y no sabíamos que podía depararnos las siguientes jornadas.
Finalizaba el segundo tercio de competición con victorias de los líderes (Shodai y Tokushoryu). Mientras, sus tres perseguidores (Takakeisho, Yutakayama y Kagayaki), hacían lo mismo. ¿Podía ser que realmente quien consiguiese el yusho fuese un maegashira que no estaba en «las quinielas» de favoritos al inicio de torneo? En nuestras cabezas estaba la idea de verlos como candidatos reales pero por otro lado el trascurso de los acontecimientos nos recordaba que todo podía pasar en este Hatsu Basho.
Tras el décimo día:
(9-1) Shodai y Tokushoryu
(8-2) Takakeisho, Yutakayama y Kagayaki
Llegamos al tramo final del torneo
La jornada número once fácilmente podría decirse que fue un calco de lo vivido el día anterior. Victorias para prácticamente todos los luchadores que se encontraban en la parte alta de la clasificación. Lo describía @cibersumo como «una carrera de desgaste» y no puedo estar más de acuerdo con él. Los errores ahora se pagarían muy caros.
La jornada doce sin duda puede decirse que fue la que dejaba claro «el panorama». Existían más rikishi con opciones matemáticas al yusho pero la realidad nos decía que únicamente tres de ellos eran realmente candidatos. Estos eran Shodai, Tokushoryu y Takakeisho. Los dos primeros eran los líderes y el ozeki, a una derrota de distancia, estaba lo suficientemente cerca como para aprovechar un descuido. Enjuagar una distancia de dos combates a falta de tres se había convertido en prácticamente una quimera.
Llegaba el viernes y nos ratificaba lo visto el día anterior. Tras sus victorias el fin de semana solo podía darnos un campeón y este saldría de los tres rikishi antes nombrados: Shodai, Tokushoryu y Takakeisho. Tan compleja era la situación que la configuración de los combates finales era absolutamente un enigma al tener «rangos» en el banzuke tan dispares. Por si no fuese poca la «fiesta» Enho decidía darnos uno de los momentos más espectaculares del torneo al sacar a relucir su clase. Se apuntaba la victoria y su kachikoshi entre vítores de todos los presentes. Abi aun está pensando en que momento desapareció la fuerza de la gravedad que lo hizo salir del espacio delimitado por las tawara y caer fuera del dohyo.
Sábado es sinónimo de Sumo de calidad y combates increíbles. Esta vez la cosa estaba en un duelo entre líderes mientras el ozeki se las veía con un Asanoyama extremadamente peligroso. El primero se lo llevaba Tokushoryu mientras el segundo nos aportaba una apasionante derrota de Takakeisho. El ozeki quedaba relegado definitivamente en la carrera por el yusho pero pudiendo ser el juez del mismo al luchar al día siguiente con el ahora líder en solitario.
Se levantaba el domingo y pese a su posición en el banzuke de maegashira diecisiete oeste, el más bajo que existe entre los miembros del makuuchi, entre los seguidores del Sumo la sensación que Tokushoryu podía llevarse el yusho era más que real. Las dudas que se planteaban al inicio de torneo de que prestaciones podían tener los rikishi de la parte baja del banzuke habían sido disipadas poco a poco con el paso de los días. ¡Y es que lo estaba acariciando prácticamente!
Un senshuraku apasionante
Como siempre pasa el último día los luchadores que se encuentran con un casillero 7-7 pelean «a muerte» buscando subir en el siguiente banzuke y son la antesala perfecta para los combates decisivos. En este caso le sumábamos que Mitakeumi se encontraba en esa situación y su rival Shodai peleaba por el título. La victoria caía en manos del segundo y nos aseguraba que el último combate del torneo sería ganado por quien posteriormenete levantaría la copa del emperador. Si Tokushoryu derrotaba a Takakeisho el primero se llevaba el yusho. Si perdía habría desempate e igualmente el resultado del mismo nos daría el campeón.
La tensión se palpaba en el ambiente al saltar al dohyo ambos luchadores. Se iniciaba el combate y tanto Tokushoryu como Takakeisho lo daban todo. La derrota sobrevoló ambas cabezas pero finalemente el maegashira derrotaba al ozeki. No tardaron el saltar las lágrimas en el rostro del rikishi como los vítores de los seguidores que se encontraban en el Ryogoku Kokugikan. En luchador de 33 años era el campeón y bien merecido se lo tenía.
Tras quince días:
(14-1) Tokushoryu
(13-2) Shodai
(11-4) Takakeisho, Hokutofuji, Yutakayama y Kiribayama
A partir de ese momento los festejos se encadenaban y Tokushoryu era el centro de todas las miradas, algo que nadie podía haber previsto hace quince días. Sí, otros rikishi como Endo, Shodai, Kiribayama y Hokutofuji eran poseedores de algunos premios especiales pero la sorprendente victoria del rango más bajo del banzuke eclipsaba prácticamente a todos.
Por ello digo que solo queda felicitar al campeón y celebrar el que posiblemente sea el basho más inquietante de los últimos años.
¡FELICIDADES TOKUSHORYU!
Ha finalizado el torneo con un bien merecido ganador que se ha mostrado el «más fiable» pese a todos los inconvenientes que ha podido padecer.
El futuro que se nos viene
Lo que también podemos decir es que el cambio de guardia de los yokozuna y la inconsistencia de la mayoría de los miembros del sanyaku nos hacen pensar que cada vez será mas difícil acertar el vencedor de un torneo. Y es que comentarios vertidos por miembros cercanos a las heyas de unos y otros nos hacen pensar que su tiempo sobre el dohyo puede estar cercano a su fin (justo antes de publicar la entrada se confirmaba que Goeido abandona la lucha en activo tras el torneo).
Pero entre tanto caos quiza exista un «hilo de esperanza» hacia una jerarquía clara y poderosa. Y es que poco a poco luchadores que se habían visto enterrados en el banzuke como Terunofuji empiezan a mostrar que su vuelta está más cerca que lejos. Si «el kaiju» se asoma entre los makuuchi esto pueda provocar un verdadero terremoto.
Pero son solo conjeturas. La única realidad es que el vencedor del torneo de año nuevo ha sido un sorprendente Tokushoryu y que solo el tiempo dirá que nos encontraremos en marzo. La sola publicación del banzuke va a ser todo un espectáculo.
Así que tocara tomar mucha tila para calmar los nervios de cara a un marzo que promete ser de nuevo apasionante. Y es que ¡como encontraremos a faltar el Sumo durante un mes y medio!